En torno a él y a los puestos de trabajos creados nació un verdadero asentamiento, que llegó a contar con maestro de escuela para la enseñanaza de los hijos de los obreros, así como albañiles, carpinteros, conductores de camiones e incluso servicios religiosos.
La finca contaba con dos grandes casas y viviendas aledañas para las familias que allí trabajaban, una ermita, naves y cuanto se necesita para una pequeña industria.
Todo fué acabando lentamente con la decadencia de ésta forma de producción, al ser sustituida por la pujanza de la electricidad que hacia su aparición en la Sierra, y terminó definitivamente con el trágico incencio de la casa principal que estuvo apunto de cobrar vidas.
En las fotos se vé como está de ruinosa en la actualidad. Según me han dicho algunas personas que allí vivieron, aquello fué un lugar de encanto y lo creo, a mí me atrae de una forma incomprensible cada vez que paso por allí.
Por cierto, siempre tuve entendido que pertenecía a La Nava, pero un amigo me ha rectificado, lo cual agradezco.
.
Puente de acceso a la finca. Derecha, aserradero
Distribución de canales de agua. Lieva para mover maquinaria
Mariló debo corregirte los Valles no pertenecen a la Nava sino a Cumbres de San Bartolomé
ResponderEliminarAndrés ya está corregido ( he estado confundida durante años,entono el "mea culpa" por no haber contrastado una información que no tenia clara) .
ResponderEliminarGracias por la corrección.
Saludos.
Haces un interesante resumen de Los Valles. Recuerdo la época cuando vivían alli varias familias, se les veía bien, parecía que se sentían a gusto; también recuerdo cuando íbamos a llevar los troncos de chopos preparados para ser serrados en aquella serrería, de donde saldrían tablones, tablas y alfajías, como relato en mi artículo "Troncos y palos" de mi blog. Recuerdo cuando pasaba por aquella pésima carretera en ocasión de viajar desde o para Encinasola, algunas veces paraba para saludar a una familia que conocía. Años más tarde, cuando vivía en La Nava, frecuentaba Los Valles, ya solitarios, con un simple guarda, y para eso no permanente, y la estación del tren; ahora es un apeadero, como se ve en tu foto; pero yo la recuerdo como una estación en toda regla, con su sala de espera, su despacho de billetes, la casa del jefe, la cantina, el almacén...; en fin, ¡cuantos añorados recuerdos...!
ResponderEliminarMuy bien, Mariló, bonito y entrañable reportaje que ha traido a mi memoria tiempos inolvidables.
Cordial saludo.
Gracias Jesús, no sabes cómo me alegra que ésta pequeña aportación a nuestra Sierra,haga rememorar agradables tiempos pasados a los que os asomais a aquí.
ResponderEliminarSaludos.